Hay que decir que lo creó un pueblo guerrero religioso muy poderoso y antiguo llamado los Sikhs, ellos siempre visten de blanco, nunca se cortan el cabello y lo llevan oculto con un turbante, tampoco se afeitan, sus prácticas yóguicas son, en primer lugar una oración de respeto a la eterna luz interior, a continuación Pranayama (ejercicios respiratorios), las Kriyas (posturas con o sin movimiento, pero siempre en sintonía con la respiración). Relajación. Mantras, (sonidos en sanscrito), y por supuesto la meditación, con mantras y a veces visualizando.
Las clases pueden durar entre una hora o una hora y cuarto, y es un yoga muy poderoso, ya que trabaja la energía blanca kundalini, lo que los templarios llamaban la serpiente blanca, y que algunas escuelas, como los rosacruzes decían a los no iniciados, " de no despertar a la serpiente si no estás preparado...", ya que puede hacer verdaderos desastres en la vida de una persona que no canaliza la tremenda energía que se llega a generar desplegando la energía blanca Kundalini, es como una serpiente enrollada en si misma y cuando se despierta y desenrosca, parte de la base de la columna hasta el último chakra, el que se sitúa en la coronilla, por otro lado se trabaja con los ojos cerrados y concentrados en el tercer ojo, situado en el entrecejo, y básicamente se respira por la nariz, aunque hay ejercicios de pranayama que requieren otras formas, que ya os iremos contando, en la siguiente entrega, sobre Kundalini Yoga, y que iremos ampliando si es de vuestro interes.
Elisa. La orden de Ayala.
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