Esta semana pasada estuve dos días paseando por Feriarte, que es una maravillosa feria de antigüedades que se celebra en Madrid, y que en la que por suerte cuento con muchos amigos que exponen allí, a través de los cuales he conseguido cosas que necesitaba para mi profesión muy complicadas de conseguir.
Hago esta apuntación porque me suelen preguntar algunas veces ¿por qué hay objetos usados que aparentemente dan mala suerte?, y esta pregunta me la hacen algunos de los amigos anticuarios que tengo, porque muchas de las veces hay gente que no compra ciertos objetos por las vibraciones que da, o que por el contrario los venden porque creen que la energía que tienen no es muy positiva, y quizás esa sea la clave: la carga de energía que esos objetos tienen. Sobre todo cuando hablamos de objetos que ya han sido utilizados para rituales, y que aún todavía son más delicados.
Más de una vez alguno de estos amigos míos me han traído alguna joya, obra de arte o mueble antiguo, para que le cambiáramos la vibración, que le quitáramos ese halo de mala energía que los envuelve. Y bueno lo primero que tenemos que saber es porque algunos de estos objetos nos resultan repulsivos, o simplemente una vez los tenemos nos empiezan a ocurrir cosas no muy buenas.
Vamos a ver, lo primero que hay que pensar, sobre todo cuando hablamos de antigüedades, es que esos objetos seguramente han pertenecido a personas o familias durante mucho tiempo, y que al igual que nosotros según las situaciones de nuestra vida, nos vamos magnetizando con un tipo de energías u otras, las propias vivencias de nuestra existencia nos hacen irradiar un tipo de vibración u otra, y a los objetos también le ocurre, es decir se van “cargando” de ciertas energías, casi siempre como es lógico las de su propietario, y sobre todo las circunstancias en las que se ha visto envuelto. Por ejemplo la vibración de un anillo que fue regalado con amor, en un momento especial de la vida de otra persona, en la que hubo un precioso compromiso y ese anillo represento para la persona, amor, paz y alegría, la vibración de este objeto será esa, justamente al cogerlo nos trasmitirá amor, paz y alegría, pero si por el contrario ese anillo perteneció a una pareja donde reinaba la discordia y la infidelidad, de alguna manera lo que atraerá será eso, y la energía de este anillo será más agresiva. Esto lo podemos extrapolar a todo tipo de objetos, así que es importante que siempre que compremos algo antiguo sepamos bien a quien perteneció y cual fue su historia, por ejemplo mucha gente después de comprarse una casa han decidido cambiarse por este mismo problema, no se sentían a gusto, la energía provocaba agresividad entre las personas que convivían allí, incluso han sentido vibraciones de entidades que de alguna manera los querían echar. El grupo EPTA por ejemplo se ha dedicado mucho tiempo a investigaciones de este tipo.
El problema es que muchas de las veces que compramos algún objeto, no podemos saber de quien es, ni su historia, y a veces también son regalos que no podemos saber nada de ellos. Así que os daré algún consejo:
Lo primero que hay que tener en cuenta es cuando tengamos ese objeto enfrente que nos trasmite, si la impresión que nos da no es buena, deberíamos pensar en buscar otro, ya que está claro que esta habiendo un choque energético.
Lo segundo, si tenemos confianza con quien os lo regala o lo vende, preguntarle donde lo adquirió, porque hay anticuarios muy serios que preparan muy bien los objetos antes de la venta, incluso antes hacen una selección, para una vez vayan a otras manos no surja esa problemática.
Lo tercero es una vez tengamos ese objeto y antes de llevarlo a casa o ponerlo, hacerle una limpieza, en otro momento explicaré algunas técnicas para esto, que básicamente consiste es desmagnetizar el objeto y dejarle la energía lo más neutral posible, para que me entendáis.
Recordar, las antigüedades tienen una historia, llevan impregnada ya una marca energética, y al igual que hay objetos antiguos que nos aportarán felicidad, alegría, paz, que nos trasmitan algo especial que hace que queramos tenerlos junto a nosotros, también existe lo contrario y es bueno que nos aseguremos bien.
Una de las amigas que tengo y se dedican a las joyas antiguas, me dice que las joyas antiguas circulan por el mundo hasta que vuelven al linaje al que pertenecieron, es decir que una joya que hoy podamos comprar de hace 100 años, quizás perteneció de alguna forma a nuestra familia, o incluso fue nuestra en otra existencia.
Y creo que eso es lo bello de los objetos de tiempos pasados, que de alguna u otra forma, nos despiertan sentimientos que ni nosotros reconocemos, solo que al ver estos objetos nos trasmiten algo que hace que queramos tenerlos junto a nosotros, que nos hacen tener sensaciones gratas y una vibración maravillosa, que de alguna manera nos hacen vivir un poco épocas pasadas, que según mucha gente siempre fueron mejores.